La sede del Colegio del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla acogió en la mañana del 3 de enero la primera visita oficial que SSMM los Reyes Magos del Oriente han realizado a la sede de los profesionales de la administración de fincas en la provincia. Fueron unas horas mágicas en las que Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron con los deseos de más de una treintena de niños y niñas, de sus padres y de sus abuelos.
La recepción comenzó a eso de las 11:30 horas por parte del presidente del Colegio, Manuel Jiménez Caro, y de la vicepresidenta, Marisa Mandly. Además de firmar en el Libro de Honor del CAF Málaga, Melchor, Gaspar y Baltasar tuvieron tiempo para intercambiar algunas palabras con los representantes de la Junta de Gobierno. Entre otras cosas, pidieron que los administradores de fincas traten de facilitar su trabajo en las comunidades de propietarios durante la Noche de Reyes, ya que aunque suelen hacer uso de sus poderes, contar con alguna ayuda como tener limpios los accesos por los tejados o bien señalizadas las zonas comunes, correctamente identificados los pórtales y las salidas de emergencia, les permitiría poder realizar el trabajo con más seguridad y rapidez en los miles de hogares que deben visitar durante la madrugada del 5 al 6 de enero. En este sentido, el presidente del Colegio, Manuel Jiménez, se comprometió a estudiar todas estas propuestas para hacerlas llegar a los colegiados de toda la provincia y de la Ciudad Autónoma de Melilla con el fin de evitar incidencias en un operativo tan complejo.
Tras esta breve reunión y entregar los premios del I Concurso de Felicitaciones de Navidad, comenzó la fiesta. Los Reyes Magos de Oriente, encabezados por Melchor, accedieron al Salón de Actos ‘Jesús Luque’ de la sede colegial. Allí esperaban más de una treintena de niños con sus padres y abuelos. Desde los más pequeños, con apenas dos años de edad, hasta los mayores de unos 10 años, fueron recibiendo regalos y golosinas, mientras tenían la oportunidad de charlar con Sus Majestades. Incluso, lo más rezagados, pudieron dales en persona sus cartas.
La fiesta finalizó con mantecados, batidos y otros dulces navideños, mientras los Reyes Magos de Oriente se retiraban a descansar antes de afrontar la cabalgata y una dura noche de trabajo.
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