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El pasado fin de semana, del 8 al 10 de marzo, el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla organizó la Ruta Mozárabe del Camino de Santiago, que congregó a más de 90 asistentes de todos los puntos de España.

Málaga tomaba así el testigo a Barcelona en el Camino de Santiago, quien se encargó de organizar la última ruta el otoño pasado.

Manteniendo el propósito de ser fiel a la Ruta Mozárabe original en Málaga, se prepararon dos etapas: la primera de ellas, Almogía – Villanueva de la Concepción, con un trayecto de 20 kilómetros, y la segunda, Villanueva de la Concepción-Antequera, con un trayecto de 15 kilómetros.

Pese a las complejas condiciones meteorológicas, que provocaron intensas lluvias durante la madrugada del viernes y en la jornada de sábado,  se decidió mantener el itinerario previsto por expreso deseo de los participantes. Y, aunque ambas rutas se complicaron, los peregrinos, sin desanimarse, prácticamente recorrieron la totalidad de las distancias requeridas. El principal incidente debido a las lluvias persistentes y a la formación de barro en el terreno fue que el recorrido tuvo que acortarse unos cinco kilómetros debido a la peligrosidad que se presentaba el último tramo de la primera jornada.

Ruta Mozárabe del Camino de Santiago en Málaga 2024 www.cafmalaga.com Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla

El Camino en esta edición malagueña comenzó el viernes con una misa en la iglesia de Santiago, a la que siguió una visita guiada por el centro histórico de Málaga, con especial protagonismo de la Málaga Mozárabe. Posteriormente, los peregrinos disfrutaron de una cena en la emblemática bodega El Pimpi.

En la primera jornada de la ruta, inicialmente partía el primer grupo desde Almogía, para continuar después el segundo grupo con un trayecto algo más recortado.

El inicio de esta etapa se localizaba en la zona alta del caserío de Almogía, a partir de la cual los peregrinos, aún con la dificultad de las condiciones climáticas, podían apreciar el relieve de color pardo rojizo donde el bosque mediterráneo ha ido cediendo espacio a los parajes de olivares tradicionales y de otras especies leñosas como el almendro; algunas de ellas, en forma de árboles de enormes dimensiones, y todo mezclado con el verde que adquirió el paisaje con las lluvias recientes.

El Camino discurrió por un montañoso territorio en torno a una la abrupta cuenca fluvial integrada por el serpenteante curso del río Campanillas. A lo largo de los trayectos se pudieron apreciar además diversas obras arquitectónicas y de ingeniería pública e hidráulica, tales como el puente de León (Málaga), la Puente Larga (Almogía) y el puente del Horcajo (Villanueva de la Concepción).

La etapa concluyó con un almuerzo en hotel Los Dólmenes, en Antequera, que sirvió para reponer fuerzas. Ya por la noche, todos disfrutaron de una tranquila cena en el hotel Sol Guadalmar, epicentro de esta actividad, en la que se anunció que Baleares organizará la siguiente etapa. Inicialmente, el itinerario está previsto realizarse por la Sierra de Tramontana a principios del próximo otoño.

El siguiente día hizo mella en algunos participantes y la ruta comenzó en esta segunda jornada con más de 70 caminantes. En esta ocasión, partieron desde Villanueva de la Concepción dispuestos a completar el trayecto de 15 kilómetros que tenía dos dificultades: el Puerto de la Escaleruela que, con sus casi mil metros de altitud, es un lugar idóneo para disfrutar de sobresalientes vistas,  y el sinuoso y complicado descenso por la vertiente norte, donde las lluvias y el barro aumentaron la peligrosidad por lo resbaladizo del terreno.

Descenso del Puerto de la Escaleruela con los primeros 'peregrinos' llegando al final del mismo tras la complicada bajada.

En definitiva, los peregrinos, dadas estas condiciones, fueron un ejemplo de valentía, resistencia y fortaleza. El Camino concluyó con un merecido almuerzo en la venta Las Navas en Málaga capital, para recargar energías y fraternizar con el resto de caminantes.